lunes, 23 de mayo de 2011

Mente gnomal y natural.

‘Trabajo muy duro, como un esclavo ♪ ’ – se acordó uno sonriendo, mientras seguía metido en su tarea.
Otro, con gorrito verde oscuro, pasó al lado llevando papeles, sin decir nada. Llegó hasta una mesa grandota de madera dura y pesada, con una forma poligonal que no estaba definida por sus lados, sino por la cantidad de gnomos trabajando en ella. Apoyó los papeles haciendo que la mesa sea un pentágono, mientras pensaba cómo se llamaría si sólo dos de ellos trabajaran sobre la misma. Absorto en esta nueva incertidumbre, y en la sorpresa de ver que recién ahora se lo preguntaba, miraba los papeles sin prestarles demasiada atención a los otros cuatro gnomos que trabajaban a corta distancia.
El de anteojos que estaba a su derecha se preparaba un mate en silencio, pensando si comprarse biscochitos o si esperar a comer después, mientras separaba en dos pilas a unos sueños de unas pesadillas, que hacía poco se habían mezclado por accidente, librando una batalla campal pocas veces vista. Después de mucho esfuerzo había podido despertar a cada uno de los combatientes para desentrelazarlos, es sabido que los sueños y pesadillas no se llevan nada bien, sobre todo cuando están dormidos.
El de remera roja estaba juntando partes de un complicado rompecabezas, y se rascaba nerviosamente la suya, tratando de figurarse el orden de cada pieza. No era nada fácil, no señor. Esos nervios eran completamente ajenos al de remera violeta oscura, que estaba mucho más tranquilo después de ver que no le faltaba tanto para terminar con el análisis de los recuerdos del día anterior. Ninguno de los dos, ni nadie, saludó al gnomo de pelo largo que llevaba los enormes cassettes de música hacia el depósito, quien tampoco notó la falta de saludo porque venía pensando si habría suficiente cinta para grabar las cosas nuevas o si tendrían que buscar más.
Uno de camisa amarilla con botones pasó a las corridas, llevando un frasco enorme con algo con burbujas. Esquivó sin mirar a uno más gordito, que caminaba con pasos cortos mirando para arriba, calculando si ahí alcanzaba el lugar para poder desplegar unos planos que todavía no habían sido dibujados. ‘Hay que hacerse idea de la magnitud de lo que se va a imaginar antes de embarcarse a soñarlo en cualquier momento y lugar’, pensó, aunque con su forma de vivir siempre había demostrado lo contrario, que el caos del pensamiento asalta a las mentes en cualquier instante, porque (igual que la duda) no es muy paciente. Igual durante varios cortos pasos siguió calculando si entraban esos planos o si no entraban para nada, y antes de terminar su cálculo, llegó hasta la mesa  pentagonal  hexagonal, manoteó un par de hojas grandes viejas y se dispuso a garabatear el principio de una idea, porque ya estaba pensando más en la idea, que en que si era un buen momento o no para tenerla.

Yo imagino que los gnomos de mi mente están así, trabajando mucho, sí, pero sin hablarse entre ellos.
De alguna forma, todos mis pensamientos me están llegando caóticos, sin orden. Las cosas fragmentadas, a veces a destiempo, entremezcladas de distintos temas, sin clasificar, en momentos que no tendrían por qué surgir, o enlazadas de formas raras. No es común, ni saludable. No requiero que trabajen como en otras cabezas, no tengo envidia por los recursos gnomales de otras mentes, estoy contento con los que tengo, y así los quiero. Aprendí a vivir con su forma extraña de enlazar cosas, y a saber aprovechar eso de forma creativa. Bah, ellos mismos lo aprendieron. No les quedaba otra, igual. El tema es que ahora algo estoy haciendo mal, no se están coordinando, están trabajando por separado, y termino muy confundido. No estoy seguro de lo que quiero, de mis prioridades, de cuál es mi Norte. No encuentro mis motivaciones, estoy en un stand by, haciendo por defecto, en una felicidad casi inercial, que se está quedando sin el necesario sustento que le dan las alas de los proyectos. No sé qué decir, o cómo seguir, no logro las ganas. Si no sé a dónde quiero llegar, elegir el camino es más que utópico: es casi inútil. Hay cosas acá adentro que hay que ordenar.

Gnome quiero confundir más.