sábado, 31 de diciembre de 2011

El inbalance.

Entonces faltan 7 hs para que se termine el año. Balance, balance, tengo que hacer un balance. Veamos si terminamos en números rojos o si fue un año positivo. Sigo creyendo que hacer un balance es tan útil como tocar el botón de “cerrar puertas” en el ascensor. Placebo completo, para contentar giles. Pero hay que intentarlo. Balanceemos entonces.

Veamos… estoy vivo. Bien, punto a favor del 2011..
Gozo de buena salud. Punto a favor.
Tengo laburo! Punto a favor.
La extraño. Punto en contra.
Hoy no sé dónde voy a pasar las 12, y faltan sólo 7 hs. Punto en contra.
Voy a comer huevos rellenos. Punto a favor.
Vi que én la heladera hay dos unidades de la tarta más rica del planeta, puntazo a favor.
Me olvidé de comprar chupi para la noche, punto en contra.

Man, concentrate en el año, no en la comida. Ok, dale.

Conocí gente que me hizo muy bien. Y mucha gente que conocía me hizo mejor. Punto a favor!
La extraño, en contra.
Crecí un montón, a favor.
Me costó muchísimo crecer. Punto… neutral.
Si bien no avancé nada de nada en la carrera… encontré el nuevo rumbo. Punto a favor!
Sigo teniendo amigos, muchos y buenos. Puntazo al ángulo.
Uff… no sé si la extraño o si soy un pelotudo. Punto en contra.
Sigo estando muy blanco para ser un 31 de Diciembre. Mantengo mis hábitos nocturnos y sigo sin lograr levantarme temprano! Punto en contra.
Estoy bastante más emprendedor y ahora cumplo más mis metas. Capaz no cumplí tantas…. pero estoy mejor encaminado. Punto a favor.
Estoy aprendiendo a decir que NO. Punto a favor.
A veces escucho el ruido del teléfono del trabajo cuando no estoy en el trabajo. Puntazo en contra.
Soy re desprendido de mi celular. Punto a favor.
Puta madre, la extraño! Punto… final.

- Basta loco, pará un toque, ¿qué pasa?
-          ¿Qué pasa con qué?
-          ¿Pero quién sos? ¿Ricky Martin? Dale con el te extraño, y dale con el te extraño, dejate de joder macho! Hacete hombre de una vez!
-          Bue bue, bancá che, es lo que me pasa.
-          Está bien que te pase, pero cortala loco, ¿cómo es la onda? Estamos balanceando el año y vos te colgás con la minita, dejate de hinchar! ¿Qué pasa? ¿No tenés nada bueno? ¿Tan poca persona sos que vivís en el otro?
-          No… no, no… es que te pone triste! Es fin de año, todo el mundo está festejando, la están pasando bien, con los que quieren, y yo..
-          ¿Y vos qué? No seas caradura. Hay gente que extraña a quien trepó al cielo antes que nosotros. Hay gente que la pasa a un continente de distancia de los que aman. Hay quienes la pasan a un continente de distancia espiritual de los que brindan con ellos. Hay quien lo pasa conectado a un tubo de oxígeno. ¿Y sabés qué? Muchos de ellos, igual la pasan bien. ¡Porque se aferran a lo que tienen, no a lo que no tienen! Cómo te vas a quedar agarrado a algo que no está?
-          - No me puedo mentir. Yo sé lo que me pasa. Yo puedo entenderte, sé que es un error, y es injusto que me esté quejando. No verbalmente, pero no estoy siendo feliz, me quejo con el humor. Será injusto y una pendejada, pero me pasa. ¿Qué querés que haga?
-          Ok, vos tenés unos shorts azules no?
-          Sí.
-          Ok, decilo.
-          Qué cosa?
-          “Tengo unos shorts azules.”
-          Tengo unos shorts azules.
-          Ok, otra vez.
-          Tengo unos shorts azules.
-          Ok, de nuevo.
-          ¿Para qué?
-          De nuevo te dije!
-          ¡Tengo unos shorts azules!
-          Bien. ¿Lo querés decir de nuevo?
-          No. No entiendo.
-          ¿La extrañás?
-          Sí… qué tiene que ver?
-          Decilo, dale, la extraño.
-          La extraño.
-          Listo, está dicho. Sucede. Pasa, está pasando. ¿Y ahora? ¿Lo querés repetir varias veces y ver que seguís extrañádola y que seguís teniendo los shorts azules? Porque podés repetirlo todo 3 o 4 veces, que si no cambiás nada, nada cambiará. La extrañás, la extrañás, la extrañás. La extrañás! La extrañás. Ok, está dicho, está hecho. ¿Y entonces? ¿Lo querés repetir hasta que se te seque la boca? Asumilo, la extrañás. ¡Y punto! No big deal! Si querés decirlo muchas veces para creerte que es más grande de lo que querés, si querés echarle la culpa de tus miserias a ese bache, HACELO.
-          Es que tengo que ser sincero con lo que me pasa!
-          Eso mismo es lo que pido que hagas. Que seas sincero con lo que te pasa. No te mientas, no agrandes esto, asumilo, y sé feliz con eso. Te querés dar este espacio, esta opotunidad, hacelo. De hecho, mejor que te lo des y que lo asumas! Nadie te pide que no la extrañes, nadie te pide que creas que sos Iron Man y que te llevás la vida por delante. Nadie cree que vivís de buen humor o que no tenés problemas. Te quieren así, con fortalezas y ruinas, son tus amigos. ¿A quién le querés vender algo que no sos o que no te pasa? Campeón, relajate. Nadie tiene los sentimientos en una fila de orden perfecta. Nadie tiene todos sus proyectos concretados. Nadie tiene la vida resuelta, hecha y derecha a sus 23 años. Nadie está libre de dudas, nadie está en sintonía exacta con todo lo que le pasa. Capaz, alguno sí, pero es normal lo que te pasa. No pretendemos que escapes de eso. No lo pretendas vos tampoco. Si vas a pretender algo, que no sea escapar de eso, sino vivir con eso y modificarlo con buena vida.
-          ¿Y el balance?
-          ¿Qué balanza mide lo que pesa en el alma, o lo que nos hace flotar de alegría? El balance es algo que nunca te salió a fin de año. Sos un derrape caminando, te gusta más la banquina que el chocolate con almendras.
-          Quedan 5 hs del último fin de año de la humanidad, y yo acá, balanceando.
-          No te balancees más, pajero. Andate a lo de tu amigo a tomar los últimos mates del último fin de año de la historia de la humanidad. Andá, dale, sé feliz.
-          Ojalá el mate mezclado con huevos rellenos no sea letal.
-          Si hasta ahora no te mató el Branca hilado con Quilmes, huevitos y yerba no pueden dañarte.

Entonces cierro el balance: soy un gil, pero un gil que aprende. Sigo equivocándome, pero de forma cada vez más honesta. Y tengo mucho afecto alrededor. Hay cosas que me van a poner triste, sí, pero de todo se aprende, nada es en vano, y todo tiene algo positivo. No sería yo sin mi vida! Tengo muchos proyectos e ideas, y el año que viene tiene sabor a recta final. AY! Lo diferente que voy a encarar este año. Le veo potencial. Le tengo ganas. Tengo hambre de oportunidades.

Y pienso saciarla.

Empecemos.


domingo, 27 de noviembre de 2011

Por qué soy libre

Soy libre porque tengo a veces una necesidad irrefrenable de salir corriendo a expresar una idea. Es una urgencia, como cagarte encima. Necesitás hacerlo, VAS a hacerlo, no importa si las condiciones dadas son las ideales o es todo un violento quilombo. Vas a sacarte todo eso de adentro, porque tu cuerpo lo pide, tu interior lo exige. Y si tratás de contenerlo en vez de favorecer el momento, el caos, y la gran cagada, arremeten de lleno ensuciándote los pantalones y la vida. Porque eso es lo que pasa cuando frenamos lo que sentimos, cuando nos resistimos al cambio que nos nace o ahogamos el grito de felicidad o desesperación que estalla en el corazón de tu garganta. Nos postergamos, creemos que podemos seguir sin dar el paso que nuestros pies tienen que dar. ¡Y qué error más tonto! ¿Hay algún camino que no sea el que hacemos?

Soy libre, porque camino. No importa a dónde lleve el camino, porque mis pies siguen mi propio Norte. No siempre será por el sendero que está marcado, soy libre porque me marco yo el trayecto. My feet is my only carriage, dijo un viajero espiritual.
Soy una línea que crece y no le importa si le dicen tangente o paralela, no sabe si es recta o curva, porque no le interesa una perfección que pretenda cambiarla.

Soy libre porque vengo a equivocarme acá, ante los ojos de todos, y de nadie a la vez. Como en la vida misma, donde los ojos del resto pueden encontrarte pero sólo las miradas honestas pueden llegarte. La luz muestra lo que se puede ver, los corazones perciben lo que existe.

Soy libre, y vos también podés serlo, cuando te desatás. Cuando te dejás de abrazar a un lastre, cuando te dejás de callar lo que querés decir. Soy libre cuando siento lo que quiero sentir! Cuando no soy más esclavo de mis propios látigos, cuando mi espalda deja de tener cargas, para tener los tatuajes que siempre quise hacerme. Cuando siempre tengo tiempo, sólo que elijo en qué invertirlo. Cuando me acuerdo de mi decálogo, de mis verdades, de mis ideas, de mí.

Soy libre porque mi mente vuela. No se puede atrapar algo que se mueve con cada pensamiento. No puede envejecer la mente que está abierta a lo nuevo. Soy libre porque a veces no tengo claro lo que quiero, pero sí COMO lo quiero. Lo quiero sincero, honesto, feliz. Entonces ya no sé qué me va a llegar, pero sé que nada me va a faltar. No es suerte, es actitud. Es tener lo que necesitás, pero no necesitar lo que tenés. Lo tengo, lo uso. Pero si no lo tengo, sigo igual. Porque soy libre, ¿cómo me voy a atar a lo que no tengo?

Soy libre, ¡y que bueno que lo puedo decir con tanta libertad!


miércoles, 26 de octubre de 2011

Bailar sin música

Que las huevadas te despierten la felicidad, que se le rían tan fuerte que la saquen de su letargo, que te sacudan las energías estancadas hasta que fluya el río de buena vibra y estés enchufado con la vida de vuelta. ¡Que lindo es que te pase algo tan simple y te pongas a saltar y a moverte y bailar sin música!
Me encanta estar feliz.

viernes, 14 de octubre de 2011

Paranoia o instinto?





When I look into your eyes I can see a love restrained  (¿guardado para otra sed?)
   But darlin' when I hold you, don't you know I feel the same? yeah
        Nothin' lasts forever and we both know hearts can change
             And it's hard to hold a candle in the cold November rain

We've been through this such a long long time
Just tryin' to kill the pain, ooh yeah
But lovers always come and lovers always go
An' no one's really sure who's lettin' go today, walking away
(hoy la brújula me pregunta a mí por el Norte, mi cara de pánico no me deja sonreír)

And if we take the time to lay it on the line
             I could rest my head just knowin' that you were mine, all mine
         So if you want to love me then darlin' don't refrain   
Or I'll just end up walkin' in the cold November rain  

Do you need some time on your own?
Do you need some time all alone?
Everybody needs some time on their own
Don't you know you need some time all alone?


I know it's hard to keep an open heart
When even friends seem out to harm you
But if you could heal the broken heart
Wouldn't time be out to charm you?

Sometimes I need some time on my own
Sometimes I need some time all alone
Everybody needs some time on their own
Don't you know you need some time all alone


And when your fears subside and shadows still remain, oh yeah
    I know that you can love me when there's no one left to blame
               So never mind the darkness we still can find a way
                               Nothin' lasts forever even cold November rain

Don't ya think that you need somebody?
Don't ya think that you need someone?
Everybody needs somebody
You're not the only one,
you're not the only one.

martes, 27 de septiembre de 2011

Hacer agua: ¿fracaso, o milagro contra la sed?

Lo bueno de que se te hunda el barco, es acordarse que la última vez ya aprendiste a nadar
(y que igual, siempre un amigo te va a tirar un salvavidas)

A dejar la cabeza fresca,
que uno no controla la marea pero sí para donde rema.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Semántica humana.

La palabra no se lee a si misma. No puede separarse del papel para verse. Cada letra está ahí, cumpliendo. No sé si es consciente de su función, puede que jamás se entere del poder que tiene, que nunca vea la profundidad que alcanza, lo alto que nos llevan, o lo bajo que nos arrastran. Está ahí, haciendo lo que tiene que hacer, mostrando todo lo que es, aunque no todos sepan lo que dice, no todos aprecien su valor. La palabra no se autoabarca: no se entiende a si misma, requiere que alguien más la entienda. Necesita de ojos que la lean y de bocas que la digan, aplica su magia y desata su sabor con manos que la escriban y oídos que la escuchen. Lleva consigo todo su poder, pero es latente, a la espera de que algún buen lector libere su potencial regalándole significados, conceptos, ideas, viajes mentales. Y así y todo, sigue sin leerse a si misma.

Yo conozco gente que no saben lo que significan. Deben tener una idea apenas aproximada, pero pucha, estoy seguro que no tienen noción de todo lo que comunican, de todo lo que dicen, de todo lo que me llegan. No necesité releer mucho, un buen lector caza enseguida qué palabras le van a quedar escritas en el pecho y se las va a llevar mucho más lejos que el libro donde las encontró. No necesité releer mucho, a buen entendedor, pocas palabras.


martes, 9 de agosto de 2011

La vida es un chiste

Puso una taza grandota, apretó el botón, y con un rugido bajito y grave, la máquina empezó a tirar café en el gran recipiente. Pude escuchar cómo se agudizaba el sonido cuando el chorro estaba rematando el final del volumen. Tocó el botón nuevamente, el rugido cesó, hizo la taza a un lado, apoyó otra igual, y volvió a apretar el encendido.  Miró por encima de su hombro derecho
- ¿Azúcar?
- No, gracias – le contesté.
Puso la vista en su taza, mientras yo sentía el fuerte olor a café y me empezaban a dar ganas de entrarle a un chocolate o algo.
- Perdón que no traje facturas ni nada, no me avivé.
- No pasa nada, ¿tenés hambre?
- Nono, pasa que relaciono el olorcito del café con la merienda o algo así, no sé. Tampoco estoy muy acostumbrado a tomar café, soy más del mate yo.
- ¿Qué sos del mate? Estás del mate – me dijo sonriendo.
Por más que no fueran los chistes más hilarantes del mundo, era muy divertido el buen humor de Dios.
Apagó la máquina cuando su taza también estaba llena, agarró la otra, las apoyó en la mesa verde y se sentó.
- Muchas gracias.
- No es nada. ¡Espero que te guste!
Le di un sorbo. Estaba genial.
- ¿A todos les das café?
- Para nada, a los que se bañan les doy la mano. – Mi cara de sorpresa se siguió de su risa – No te preocupes por tu higiene, está muy bien. No a todos les doy café, pero a todos les doy la bienvenida.
- Igual yo me voy en un rato eh…
Se rió con ganas.
- Sí chico, no te preocupes, sé que venís a hablar. Es una visita, no una entrevista de ingreso.
- ¿¿Hacen entrevistas de ingreso??
Se volvió a reír.
- Sé que tus ojos saben leer la vida con inteligencia. A esta altura no me cabe duda que sabés muy bien que las cosas no necesitan ser directas para llegar al punto, muchas veces lo que vos escuchás no es lo que yo pienso.
Tomé un sorbo, realmente el café era bueno. Y yo, paradójicamente dentro del paraíso, pecaba de ingenuo. Me acordé de algo y le contesté.
- Fernando Peña decía algo así, que la gente 'oía lo que él decía, pero no escuchaban lo que pensaba.' Y una señora que no me acuerdo cómo se llama le preguntó si no sería porque él no decía lo que pensaba. Era una buena interpretación. ¿Se aplica a tu caso?
- Ni yo ni Fernando tenemos problemas para decir lo que pensamos.

Tomó un trago largo de café, y me asusté un poco. ¿Qué onda si con un comentario desataba la furia de Dios? Zarpada ecatombe. Tomé otro sorbo y me imaginé la situación. Tirarle el café encima y correr no iba a ayudarme mucho. Pensé que si a Superman le hacía mal una piedrita verde, capaz a Dios lo desbarataba esta infusión marrón. “No, bancá, bancá, entonces qué hace tomando café? Además, a los que madrugan él los ayuda, y muchos deben madrugar con café…”.
Por suerte interrumpió mi pensamiento.

- ¿Conocés el chiste del criquet, el coso ese que se usa para levantar al auto?
Me sorprendió un poco lo barrial que era su forma de hablar.
- Eh… ¿el del tipo que se queda en la ruta y necesita un criquet y a lo lejos ve una casita y lo va a pedir?
- ¿Sabés contar ese chiste?
- Eh… creo que sí.
- ¿Lo contás, o lo explicás?
- No, lo cuento, como cualquier otro… si explicás un chiste no tiene gracia. La joda es que el otro complete en su cabeza, es eso lo que lo hace divertido, la construcción que hacemos en nuestra cabeza.
- Exacto. Si todo lo explicito, pierde sentido. Es necesario que cada uno pueda hacer su interpretación y que actúe en consecuencia. No todo hay que reducirlo a lo que se ve: tu tatuaje en la espalda significa más de lo que dice, ¿verdad? No todo hay que simplificarlo, los hombres tienen la manía de resumir, de todo sintetizarlo en pocas palabras.

Se me vino a la mente lo que me gusta viajar. Y que disfruto del viaje, desde el momento en que salgo de casa. Inclusive, desde el momento en que armo la mochila, o desde que lo planeo o lo imagino. Disfruto mucho antes de llegar al destino. Aprovecho el contexto y el contenido, y no lo resumo en una llegada. Capaz la pifiaba seguido, pero ahí iba bien. Sonreí.

- Claramente no es tu caso – siguió – a vos te gusta usar todas las palabras que creas necesarias para decir lo que querés decir. A veces es un problema, pero cada uno se expresa como puede. De la misma forma que cada uno entiende como puede. El desafío está en descubrir que lo que hacemos, no siempre es todo lo que podemos hacer. Tal vez uno de los mayores dones del hombre, es que tiene el poder de aumentar sus poderes. No siempre lo usan para bien, y no siempre lo usan. Pero ese poder está. El horizonte es una línea que se ve en perspectiva. Nunca es un límite total.

Era complicado acotar algo. Todo era muy claro como para entorpecer hablando. Miré el café y un pibe líquido y moreno me devolvía la mirada pensativa.

- Si me permitís extenderme un poco, te recuerdo una historia que ya sabés pero que me gusta contar. Un hombre encontró el capullo de una mariposa. Un día, apareció en él una pequeña abertura, entonces se sentó y observó durante varias horas cómo la mariposa luchaba, esforzándose para poder pasar a través de ese agujerito. En un momento le pareció que la mariposa ya no progresaba, como si hubiera llegado al límite de sus posibilidades y no pudiera seguir avanzando. Decidido a ayudarla tomó una tijera y cortó el pedacito restante del capullo. La mariposa salió fácilmente, pero tenía el cuerpo hinchado y las alas pequeñas y arrugadas. El hombre siguió observándola, esperando que en cualquier momento las alas pudieran agrandarse y expandirse para poder soportar el cuerpo que, a su debido tiempo, se contraería. Nada de eso sucedió. De hecho, la mariposa pasó el resto de su corta vida arrastrándose con el cuerpo hinchado y las alas encogidas. Nunca pudo llegar a volar.
Lo que el hombre no comprendió, en su bondad y apuro, es que el obstáculo del capullo y la lucha necesaria para que la mariposa pudiera pasar por la abertura era el modo en que se obligaba a que el fluido del cuerpo de la mariposa llegara a sus alas para que estuviera en condiciones de volar una vez que se liberara del capullo.
Algunas veces, las luchas y dificultades son exactamente lo que necesitamos en nuestras vidas. Puede parecer difícil de entender y muchos piden explicaciones y ayudas… que no es lo que necesitan. De la misma forma que explicar un chiste le quita la gracia, hay respuestas que no son directas para llegar más lejos.

Se acercó la taza a la espesa barba (no sé si era tan tupida como siempre la imaginé, o si ahora sólo puedo imaginarla de esa forma) y la boca se abrió paso hasta tomar un larga bocanada de café que me cedió segundos de reflexivo silencio.

- En fin, te agradezco por la visita, sé que vamos a hablar de nuevo en otro momento.
Dejó la taza, que en pocos sorbos había sido vaciada de más de la mitad de su abundante contenido, apoyó las manos en sus piernas y se paró.
- ¿Eh? Sí, pero… perdón, todavía no pude preguntar lo que vine a saber.
- No te hagas problema, ya está respondido. Y también sé que tenés cosas para hacer, no quiero que se te haga tarde
- No, no, no lo pude preguntar, no quisiera desperdiciar la oportunidad, necesito saber…
- Estoy seguro que no necesitás preguntarme nada ahora. Si no encontraste lo que buscabas, tal vez no estés entendiendo tu búsqueda.
Me levanté un poco confundido. Dejé la taza en la mesa verde, y me paré yo también. ¿Qué tenía que ver esta charla con mis preguntas? ¡Yo venía a que me aclare y me conteste algunas cosas, no me podía ir así! ¡Por fin lo tenía ahí, había accedido a responderme, y finalmente me iba a ir con medio café ingerido y una conversación banal que no había ido a donde yo apuntaba!
Sin que yo sepa si existe de verdad o si se llama así, Dios me acompañó hasta la puerta, me dio una palmadita en la espalda y me sonrió mientras me iba.

- Ah, che, acordate de los chistes. La vida es un chiste. Uno muy bueno.

Y ahí, algo entendí. Pero claro, no tengo que explicarlo.

martes, 5 de julio de 2011

El cubo Rubik de verdades personales.

Volviendo a casa, se sube al 140 una chica con bruto expansor en la oreja. Ma’ que expansor, era un apoya vasos bien grueso, la envidia de un disco de hockey sobre hielo. Por supuesto también tenía varias otras perforaciones en la cara y un grupo de amigos con la cara agujereada, el pelo teñido, y atuendos que los identificaban como un grupo, de esos que se visten iguales para mostrar que no se parecen a nadie, lo cual siempre me despertó simpatía. Dicha simpatía iba perdiendo en un combate a muerte con el dolor ajeno, ese que te da cuando te imaginás que en cualquier bache o frenada brusca el expansor se va a caer y va a desnudar un violento agujero de 7,5 cms de diámetro, medida exacta de la tapa de un yogurt y de la impresión que me daba. Ni hablar si se enganchaba con algo, me duele con pensarlo.
Otra chica que estaba con ella, la abrazaba de a momentos, y ahí se me encendió el sensor: me jugaba, eran tortas. Miré curioso un rato, sin ser muy alevoso, hasta que se sentaron atrás mío y no pude ver más. Una compañera que viajaba conmigo y estaba sentada mirando hacia atrás, se sorprendió en voz baja cuando corroboró mi hallazgo, que carecía de importancia pero afirmaba el olfato de mi sensor, las chicas eran lesbianas. Varias paradas más adelante, el grupo se bajó donde creían que estaba su destino.

Inmediatamente después, otro sensor volvió a encenderse. No era el sensor al “distinto”, era el sensor del distonto. Alguien en la cercanía, sufría de un ataque de intolerancia. La pobre chica no podía contenerse y de su boca brotaban las más diversas incoherencias e intentos de argumentos. Pobre, por más que una de sus amigas trató de contrarrestar la erupción de intolerancia con un par de frases envueltas en “pero Cami, pensá que…”, “te entiendo, pasa que…” y algunos otros aliviadores, no consiguió frenarla. Ay, pobre chica! Se atragantaba con palabras muy pesadas para su esfera de comprensión. Trataba de explicar cosas que no entendía, de cuestionar cosas que no necesitan un por qué, de justificar conceptos vacíos. Ningún ataque de epilepsia se compara con los ataques de intolerancia, no señor. Nada puede desconectar a una persona de la realidad más que su sus ganas de aferrarse a su cubo Rubik de verdades. La chica giraba para un lado, giraba para el otro, seguía moviendo los colorcitos, pero el ataque persistía y no conseguía que se formara ni un solo vestigio de madurez espiritual en ninguna cara de su cubo.
Finalmente la chica se bajó del bondi, con su bagaje de ideas y faltas de las mismas, y mi sensor encontró la paz que ella no tenía.



A mi entender, puede que tratemos muchas veces de querer hacer encajar las cosas, moviendo un par de cuadraditos arriba, otro par al costado. No está nada mal probar pequeños cambios y mantener las cosas funcionando a pesar de que la vida nos vaya modificando el tablero y reparta más rápido de lo que esperamos. Mientras funcione, va a alcanzar con ese movimiento de manos simple, hacer encajar cada cuadradito con su debido contexto, y vamos a poder seguir felices mientras todo cuadre. Pero puede que en algún momento ese puñado de verdades ya no nos alcance, o simplemente veamos que no terminan de encajar entre sí. Que por más que lo forcemos, las caras de ese cubito Rubik no van a estar completas. Es que las verdades no se consiguen completas, siempre hay que aportar para que tengan sentido: una frase es un conjunto de palabras hasta que le das vida con tus hechos.
Si tenés la valentía suficiente, puede que apoyes ese cubito en la estantería de “Cómo venía la vida antes” y decidas buscar alguna otra respuesta, alguna otra forma de que las cosas armonicen, un paradigma nuevo, un horizonte diferente.
Si no contás con esa valentía… bueno, probablemente cada vez que te expongas a un dilema, vas a volver a tratar de buscar respuestas en ese cubito incompleto, ese pequeño lienzo donde vas a pintar tu falta de flexibilidad al cambio, a lo nuevo, a lo diferente. Podés jugar todo lo que quieras, pero recordá: este tipo de rompecabezas interior se completa inequívocamente con las personas que nos rodean, las que esperabas incluir y las que no.

Y no nos olvidemos que cada uno ve su propio cubito Rubik a su manera…



Si dejamos que nuestra cabeza deje de ser un cubito (de hielo, de hierro, del más duro e inflexible roble), puede lograr formas inabarcables. Puede que nos sigan gustando y/o atrapando algunos espejitos de colores (no pretendo ser el Dalai Lama antes del jueves) pero aunque sea vamos a superar el drama de ordenar esos simples cuadraditos y vamos a ser, por fin, libres de jugar con la irregular geometría de lo nuevo.



lunes, 23 de mayo de 2011

Mente gnomal y natural.

‘Trabajo muy duro, como un esclavo ♪ ’ – se acordó uno sonriendo, mientras seguía metido en su tarea.
Otro, con gorrito verde oscuro, pasó al lado llevando papeles, sin decir nada. Llegó hasta una mesa grandota de madera dura y pesada, con una forma poligonal que no estaba definida por sus lados, sino por la cantidad de gnomos trabajando en ella. Apoyó los papeles haciendo que la mesa sea un pentágono, mientras pensaba cómo se llamaría si sólo dos de ellos trabajaran sobre la misma. Absorto en esta nueva incertidumbre, y en la sorpresa de ver que recién ahora se lo preguntaba, miraba los papeles sin prestarles demasiada atención a los otros cuatro gnomos que trabajaban a corta distancia.
El de anteojos que estaba a su derecha se preparaba un mate en silencio, pensando si comprarse biscochitos o si esperar a comer después, mientras separaba en dos pilas a unos sueños de unas pesadillas, que hacía poco se habían mezclado por accidente, librando una batalla campal pocas veces vista. Después de mucho esfuerzo había podido despertar a cada uno de los combatientes para desentrelazarlos, es sabido que los sueños y pesadillas no se llevan nada bien, sobre todo cuando están dormidos.
El de remera roja estaba juntando partes de un complicado rompecabezas, y se rascaba nerviosamente la suya, tratando de figurarse el orden de cada pieza. No era nada fácil, no señor. Esos nervios eran completamente ajenos al de remera violeta oscura, que estaba mucho más tranquilo después de ver que no le faltaba tanto para terminar con el análisis de los recuerdos del día anterior. Ninguno de los dos, ni nadie, saludó al gnomo de pelo largo que llevaba los enormes cassettes de música hacia el depósito, quien tampoco notó la falta de saludo porque venía pensando si habría suficiente cinta para grabar las cosas nuevas o si tendrían que buscar más.
Uno de camisa amarilla con botones pasó a las corridas, llevando un frasco enorme con algo con burbujas. Esquivó sin mirar a uno más gordito, que caminaba con pasos cortos mirando para arriba, calculando si ahí alcanzaba el lugar para poder desplegar unos planos que todavía no habían sido dibujados. ‘Hay que hacerse idea de la magnitud de lo que se va a imaginar antes de embarcarse a soñarlo en cualquier momento y lugar’, pensó, aunque con su forma de vivir siempre había demostrado lo contrario, que el caos del pensamiento asalta a las mentes en cualquier instante, porque (igual que la duda) no es muy paciente. Igual durante varios cortos pasos siguió calculando si entraban esos planos o si no entraban para nada, y antes de terminar su cálculo, llegó hasta la mesa  pentagonal  hexagonal, manoteó un par de hojas grandes viejas y se dispuso a garabatear el principio de una idea, porque ya estaba pensando más en la idea, que en que si era un buen momento o no para tenerla.

Yo imagino que los gnomos de mi mente están así, trabajando mucho, sí, pero sin hablarse entre ellos.
De alguna forma, todos mis pensamientos me están llegando caóticos, sin orden. Las cosas fragmentadas, a veces a destiempo, entremezcladas de distintos temas, sin clasificar, en momentos que no tendrían por qué surgir, o enlazadas de formas raras. No es común, ni saludable. No requiero que trabajen como en otras cabezas, no tengo envidia por los recursos gnomales de otras mentes, estoy contento con los que tengo, y así los quiero. Aprendí a vivir con su forma extraña de enlazar cosas, y a saber aprovechar eso de forma creativa. Bah, ellos mismos lo aprendieron. No les quedaba otra, igual. El tema es que ahora algo estoy haciendo mal, no se están coordinando, están trabajando por separado, y termino muy confundido. No estoy seguro de lo que quiero, de mis prioridades, de cuál es mi Norte. No encuentro mis motivaciones, estoy en un stand by, haciendo por defecto, en una felicidad casi inercial, que se está quedando sin el necesario sustento que le dan las alas de los proyectos. No sé qué decir, o cómo seguir, no logro las ganas. Si no sé a dónde quiero llegar, elegir el camino es más que utópico: es casi inútil. Hay cosas acá adentro que hay que ordenar.

Gnome quiero confundir más.



martes, 26 de abril de 2011

Oxímoron

Un oxímoron es una combinación de dos expresiones de significado opuesto que dan un nuevo sentido, como decir silencio atronador o impecable quilombo. El plural es también oxímoron, o bien oxímoros.
Yo conozco muchos oxímoros: sorpresa previsible, secreto a voces, frío ardiente, y una lista de personas que cumplen con la definición literaria. Ellos, de alguna forma, lograron meter en su forma de ser esta peculiar palabra.

Se trata de personas ricas y muy pero muy pobres. También de personas que andan por todos lados tan felices, que no saben cuándo pueden llorar tranquilas y sentirse normales. Se trata de cagones muy valientes y de guerreros pacíficos. Se trata de personas que estando lejos, te saben abrazar. También se trata de personas que hablan mucho y no te dicen nada. ¡Y mirá que hay bodoques de grasa de pocos meses de vida que te enseñan LA VIDA sin haber llegado ellos a aprender nada todavía! ¿Cuántos sordos de la mente llevan calzados los auriculares del ipod? ¿Cuántos ciegos son capaces de marcar los kilos de más y las narices grandotas? ¿Y si alguien con poco te da mucho?
No es necesario que les haga la lista inversa, a cada paso que di, un buen entendedor sabrá hacer la fórmula inversa y encontrar otro personaje oximoronezco.
Muchas personas no saben lo que significa, y sin proponérselo ni desear evitarlo, andan por ahí enseñándolo con su vida.
Cada uno puede vivir con su encontronazo de significados, en una caldera tan violenta de ingredientes no puedo pretender que sólo se note un gusto a la vez.

Que el lado vivo le gane al inerte, que el lado joven le gane al que se cansó de aprender, que el lado humano le gane al indiferente, que el efecto positivo le gane a la tendencia del cero a la izquierda y a sus primitos con un menos en la frente, eso ya depende de lo buen o mal escritores que seamos en el relato de nuestras vidas.


martes, 19 de abril de 2011

Leitmotiv

El debate se había postergado ni más ni menos que lo que la cuenta le permitió. No quedaba mucho resto, era necesario empezar con esto de una buena vez. Tampoco se había acumulado una espera innecesaria, el tiempo no conoce de tecnologías ni manipulaciones, no sabe adelantarse ni atrasarse a nuestro gusto. Por eso, cuando el momento era el que tenía que ser, el blog dijo "Ok, llegué, no nos evitemos más, que sin vos no existo, y vos me estás pensando mucho como para decir que no estoy acá".
En efecto, este blog hace rato que venía haciendo bulla para salir. Y cuando las cosas van a ser, lo van a ser con o sin tu ayuda. Mi elección hoy, es estar adentro. Me es imposible quedarme fuera, dado que vengo escribiendo acá desde hace meses en mi mente. A veces no es una barrera que algo no esté, porque si lo traemos con nuestra mente, ya lo trajimos y más vale que le hagamos espacio para cuando termine de llegar... o nosotros lleguemos a él.
Blog (ni querido ni nada, recién nos estamos conociendo, dennos nuestro tiempo), voy a decirte algo sobre tu nombre, sin ganas de sacarte magia ni hacerte un gualicho de lógica que no necesitás y a la que nunca vas a estar atado. Tenés un nombre perfecto para hablar sobre computadoras, jueguitos y otras yerbas cibernéticas. Pero como todas las apariencias... vas (mucho) más allá, dudosamente pises esos temas para quedarte. Lo que a mi me gusta, es que todos los caminos me lleven a esta arroba, que mis reflexiones, momentos caóticos, puestas en órden, todo lo que quiera volcar pueda llegar a vos, una especie de compendio de mis pensamientos e impresiones. Y por supuesto, de una manga de huevadas y pequeñas frases. Te vas a tener que bancar de todo, estás avisado.
Ese es tu motivo, gracias por asumirlo.

Ahora...

VOLAD, MI PEQUEÑO, VOLAD.